domingo, 28 de octubre de 2012

Los negocios curativos




 


Trabajar, producir, hacer negocios, pueden ser soluciones para una depresión no diagnosticable porque el depresivo así la mantiene compensada, neutralizada, casi curada.

No recuerdo cuándo ni dónde me enteré de  una historia con ribetes psicoanalíticos.

Trataba de una mujer muy rica, que vivía con su esposo, en una casa bellamente decorada.

Como suele ocurrir esta señora, a la que parecía no faltarle nada para ser feliz, sufría de una profunda depresión.

Sólo para ponernos de acuerdo, les recuerdo que una depresión anímica es un «Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos».

Como por depresión también podemos entender que se trata de una concavidad, un hueco, un agujero de respetables dimensiones, esta señora tuvo una crisis muy dolorosa cuando un cuadro al óleo muy apreciado por ella, fue quitado para su venta.

A partir de esta pérdida su mala salud hizo crisis, pero por esas cosas que tiene el azar, no tuvo mejor idea que remplazar la obra pictórica por un cuadro «igual», pero hecho por ella... que no sabía ni de pinceles.

Se abocó a la tarea con la angustia de quien está desesperado, amenazado de muerte, de quien siente que se juega su última carta.

Como podrán imaginar el cuadro realizado por la novicia no tenía nada de parecido al que ella intentaba remplazar, pero sin embargo se sintió mejor haciéndolo y comenzó a salir del pozo depresivo.

Los síntomas son penosos (asma, fobias, alergias, arritmias cardíacas, y muchos otros) pero sin embargo resultan ser reequilibrantes, compensatorios, «saludables». Son tan difíciles de remover porque para hacerlo es preciso poner al paciente en riesgo de enfermar.


Trabajar, producir, hacer negocios, pueden ser soluciones para una depresión no diagnosticable porque el depresivo así la mantiene compensada, neutralizada, casi curada.

19 comentarios:

Patricia dijo...

No me queda claro si el trabajo es bueno para la depresión o los workaholics tal vez son depresivos compensados.

Estela dijo...

Si el trabajo compensa la depresión, es bueno para la depresión.

Lautaro dijo...

La expresión artística ayuda a elaborar conflictos inconscientes. El arte nos permite pensar sin darle protagonismo a la razón.

Tania dijo...

Algunas enfermedades son el mal menor con respecto a otras enfermedades mucho más desequilibrantes.

Roque dijo...

El depresivo que mantiene su depresión a raya gracias al trabajo, corre mucho peligro cuando se jubila.

Adriana dijo...

Trabajar puede convertirse en una forma de huir.

Sofía dijo...

De acuerdo con Adriana, aunque hay una forma de trabajar, que es estudiando, que te conduce a reencontrarte con tus angustias, porque es inevitable asociar cuando se estudia.

Cecilia dijo...

A mí me pasaba que no podía concentrarme para estudiar porque cualquier palabra me llevaba lejos; hacia los temas que en realidad me interesaban y preocupaban.

Olegario dijo...

Yo ya no me arriesgo a que me remuevan los síntomas.

Rocío dijo...

Si me quitaran una obra de arte muy valorada para mí, sentiría una falta demasiado grande para tratarse de un objeto.

Anónimo dijo...

Siempre que escribo dialogo conmigo mismo. Después, algunos de los que me leen, me hacen una devolución. Y yo sigo escribiendo y pensándome, sin que los demás puedan darse demasiada cuenta de cuál es mi asunto.

Clarisa dijo...

Para los niños dibujar es placentero, pero para la mayoría de los adultos no. Es una lástima que perdamos esa capacidad, esa espontaneidad para expresarnos con colores y trazos. Pensamos que el valor de una pintura o un dibujo está en su estética. Yo creo que el principal valor está en vivir la experiencia.

Daniel dijo...

La depresión va acompañada de angustia. Y la angustia se engaña ocupando el tiempo.

Anónimo dijo...

Si estás en medio de una depresión profunda, no podés recurrir al trabajo para sentirte mejor. En ese momento no tenés fuerzas ni para asearte.

Leonardo dijo...

Estaría bueno que aprendiéramos a detectar nuestros primeros síntomas depresivos para prestarles la atención suficiente y evitar que pasen a mayores.

Irene dijo...

Creo que trabajar calma más la ansiedad que la depresión.

Andrés dijo...

Cuando me jubile seguiré trabajando en lo que me gusta, pero con más libertad.

Florencia dijo...

En medio de la desesperación comencé a escribir mi diario íntimo, y de a poco fui saliendo a flote.

Osvaldo dijo...

Estuve seis meses en cama por cuestiones de salud y descubrí como disfrutar otros aspectos de la vida, que antes se me habían pasado por alto.