La belleza no existe. Es una construcción humana. A pesar de que no existe para nosotros es tan real como una mesa o un árbol. Podemos decir muchas cosas de la belleza. Hacer muchas cosas por la belleza. Sentir la belleza, aunque no tenga cuerpo, aunque no tenga cara.
Lo que en verdad no existe es lo que todos vemos. Lo real no existe. La existencia de las cosas es la existencia simbólica e imaginaria de cada cosa, para cada uno de nosotros. Todos significamos de manera diferente cada objeto, situación o persona. Esa significación personal es la que en realidad nos importa. Es la que motiva nuestras acciones y late en nuestros sentimientos.
Cuando las personas murmuran, susurran, no oímos lo que dicen. Captamos una que otra palabra. Imaginamos el resto. Ese resto imaginado no existe en las bocas murmurantes, existe para nuestro oído y ese oído construye un mundo de significados que sale de nuestra cabeza.
La ceguera es como un piano. Cierro los ojos y sentado al piano escucho, toco, huelo. El piano es ciego como yo cuando tengo los ojos cerrados. Pero vibra, habla, vive. No ve la música pero la siente.
En primer plano existe lo que llena mis afectos. En segundo plano existe la información que tengo. La información que tengo la uso para manejar lo que siento. Pocas veces lo logro. Quizás nunca.
11 comentarios:
Algunas cosas sólo existen en nuestro interior.
La imaginación es heroica. Ella se permite libertades imposibles. La imaginación alimenta el amor y la valentía.
Sé que veo en las personas que amo, cosas que otros no ven. Quizás para otros no existan, pero existen para mí y con eso alcanza. A mí me alcanza.
La belleza no existe. Es una construcción humana. A pesar de que no existe para nosotros es tan real como una mesa o un árbol. Podemos decir muchas cosas de la belleza. Hacer muchas cosas por la belleza. Sentir la belleza, aunque no tenga cuerpo, aunque no tenga cara.
Lo que en verdad no existe es lo que todos vemos. Lo real no existe. La existencia de las cosas es la existencia simbólica e imaginaria de cada cosa, para cada uno de nosotros. Todos significamos de manera diferente cada objeto, situación o persona. Esa significación personal es la que en realidad nos importa. Es la que motiva nuestras acciones y late en nuestros sentimientos.
En algunos momentos tomamos consciencia de que existimos solos. Sentimos una angustia que marea. Tratamos de distraernos.
Cuando las personas murmuran, susurran, no oímos lo que dicen. Captamos una que otra palabra. Imaginamos el resto. Ese resto imaginado no existe en las bocas murmurantes, existe para nuestro oído y ese oído construye un mundo de significados que sale de nuestra cabeza.
Proeza es vivir sin conocer el futuro, sin saber si el futuro llegará, viviendo nada más que el instante que nos contiene.
Las sandalias de esa niña ya conocen los primeros pasos de una vida que empieza a descubrir. Los adultos ya olvidamos lo que saben sus sandalias.
La ceguera es como un piano. Cierro los ojos y sentado al piano escucho, toco, huelo. El piano es ciego como yo cuando tengo los ojos cerrados. Pero vibra, habla, vive. No ve la música pero la siente.
En primer plano existe lo que llena mis afectos. En segundo plano existe la información que tengo.
La información que tengo la uso para manejar lo que siento. Pocas veces lo logro. Quizás nunca.
Publicar un comentario