Son tantas las esperanzas que nos mantienen en pie... Y son eso, esperanzas. Nadie puede confirmarlas como realidades. Pertenecen a los mundos del suceder futuro. Lo que ocupa la mayor parte de nuestro ser es el no saber.
El dibujito no se merecía los 250 de multa por publicidad engañosa. La colita le queda linda, el descapotable tiene onda, y los bigotes le dan un toque de viejo anarco que a mí me cabe.
10 comentarios:
No quiero que mi esperanza se asiente en mentiras.
Son tantas las esperanzas que nos mantienen en pie... Y son eso, esperanzas. Nadie puede confirmarlas como realidades. Pertenecen a los mundos del suceder futuro. Lo que ocupa la mayor parte de nuestro ser es el no saber.
Si no tuviéramos la esperanza de sobrevivir, no nos levantaríamos cada día.
Hay días en los que no quiero saber ni una sola de las mil verdades que me puedan decir.
También vale al revés: mil verdades valen más que una mentira esperanzadora. Aunque las verdades no sean 100% alentadoras.
Mi publicidad engañosa diría: TOTAL CONCORDANCIA ENTRE LO QUE DICE Y LO QUE ES.
Qué pena, no?
Nadie puede ser totalmente coherente, Margarita. No te exijas tanto.
Mi padre decía "haz lo que yo digo y no lo que yo hago", y yo lo odiaba por eso.
"Yo ya no quiero que a mí nadie me diga, que de tu dulce vida, tú me has arrancado. Mi corazón una mentira pide..."
El dibujito no se merecía los 250 de multa por publicidad engañosa. La colita le queda linda, el descapotable tiene onda, y los bigotes le dan un toque de viejo anarco que a mí me cabe.
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