Textos pequeños pero concentrados.
Supongo que sí, que muchas veces es inmerecida, pero no siempre.
Sea merecida o inmerecida, la cuestión es que no es justa.
En definitiva, en última instancia, nadie merece nada. Los resultados que obtenemos en todo lo que hacemos, dependen del azar. Actuamos contando con nosotros mismos, y cada uno es producto del azar.
Por temor a la ruinatuve que dejara esa mina.
Con los rojos corría el riesgo de que me quitaran todo; por eso me fui con los colorados.
A esta altura del partido tengo que aceptar que jamás seré rico, pero tampoco seré pobre.
Por temor a la ruina, mi padre jamás quizo visitar Atenas.
No me importa mi riqueza inmerecida. Tampoco merecía los rezongos de mi madre.
Acá el temor a la ruina se extendió como reguero de pólvora, cuando un jóven irresponsable largo la idea de declarar el carácter sagrado de las vacas.
Podría ayudarme a desarrollar el tema "Como a fectan nuestras emociones a la economía personal?"Es para unas conferencias.
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10 comentarios:
Supongo que sí, que muchas veces es inmerecida, pero no siempre.
Sea merecida o inmerecida, la cuestión es que no es justa.
En definitiva, en última instancia, nadie merece nada. Los resultados que obtenemos en todo lo que hacemos, dependen del azar. Actuamos contando con nosotros mismos, y cada uno es producto del azar.
Por temor a la ruina
tuve que dejar
a esa mina.
Con los rojos corría el riesgo de que me quitaran todo; por eso me fui con los colorados.
A esta altura del partido tengo que aceptar que jamás seré rico, pero tampoco seré pobre.
Por temor a la ruina, mi padre jamás quizo visitar Atenas.
No me importa mi riqueza inmerecida. Tampoco merecía los rezongos de mi madre.
Acá el temor a la ruina se extendió como reguero de pólvora, cuando un jóven irresponsable largo la idea de declarar el carácter sagrado de las vacas.
Podría ayudarme a desarrollar el tema "Como a fectan nuestras emociones a la economía personal?"
Es para unas conferencias.
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