Ya con el primer decreto, el tirano voluntarista prohibió lo imposible.
10 comentarios:
Eduardo
dijo...
"No debes pecar", dice el tirano voluntarista que llevamos dentro. Y viene el sádico de su hermano a perdonarnos, para que volvamos a caer en manos del tirano.
Ahora que Mercedes habla de voluntad... yo estoy necesitando fuerza de voluntad, pero desde que dejé de creer en el libre albedrío, la tengo subestimada. Además no sé cuando es que debo apelar a ella y cuando no.
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"No debes pecar", dice el tirano voluntarista que llevamos dentro.
Y viene el sádico de su hermano a perdonarnos, para que volvamos a caer en manos del tirano.
PROHIBIDO PROHIBIR, gritan con enorme desconocimiento los anarquistas.
Así son las nutricionistas que prohiben los hidratos de carbono.
Ya no sé qué hacer para ubicar en su lugar a la voluntad desatinada.
Ahora que Mercedes habla de voluntad... yo estoy necesitando fuerza de voluntad, pero desde que dejé de creer en el libre albedrío, la tengo subestimada. Además no sé cuando es que debo apelar a ella y cuando no.
El tirano que siga así. Mientras no prohiba lo posible, me tiene sin cuidado.
Ah sí me acuerdo! fue aquel tirano que de primera prohibió el uso de preservativos, y luego los permitió para los enfermos de SIDA.
Ojo con el tirano voluntarista! Tiene muchas aristas.
Para que los católicos puedan cuidar su fertilidad por el método natural, tiene que amarse muy pocas veces al mes. Qué paradoja!
"Nada es imposible", gritó el tirano voluntarista. Luego cayó fulminado.
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