sábado, 21 de noviembre de 2009

La belleza clandestina

Nuestro pensamiento incluye las fantasías. Éstas son creaciones imaginarias que rellenan lo que nos falta: respuestas y satisfacciones.

Como no toleramos de buen grado algunas ignorancias (para qué nacemos, quién creó el universo, qué pasará después de mi muerte) inventamos respuestas fantásticas que nos calman.

Como no toleramos de buen grado algunas frustraciones (la persona amada nos ignora, con más dinero nos divertiríamos más, si viviéramos en otro país seríamos plenamente felices) inventamos situaciones fantásticas, como si soñáramos despiertos.

Papá Noel (Santa Claus) es un personaje legendario que le hace regalos a los niños en Navidad.

En casi todos los países hispanos existe una lotería especial próxima a Navidad, a cuyo premio mayor llamamos «gordo».

Y junto a Navidad está Fin de Año.

En suma: nuestras fantasías nos llevan a festejar comiendo, a imaginar un personaje obeso que hace regalos (Papá Noel), a quedarnos con el «gordo» de la lotería, al mismo tiempo que luchamos contra el sobrepeso considerándolo una enfermedad.

Me inclino a pensar que esta preocupación por la obesidad es un síntoma más de la neurosis actual.

Para mí que nuestro inconsciente ama la gordura porque nos recuerda a una mujer embarazada.

Nota: La imagen corresponde al cuadro de Fernando Botero titulado Adán y Eva.

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14 comentarios:

Perico dijo...

Además de la herencia, a ciertas edades podemos ser gordos (jóvenes) o (viejitos) flacos.

la gordis dijo...

¡Cómo me gustan sus palabras!

Facundo Negri dijo...

Cuando llegan las Fiestas se desrrolla la épocoa del año en la que más comemos y engordamos. En el norte esto no tiene mayores consecuencias y hasta es favorable porque hace frío, pero nosotros, los eternamente jodidos del sur, comenzamos el verano con indigestiones y cuerpos de ballenato.

Mantecol dijo...

A mí me deben de faltar muchas cosas porque relleno mi cuerpo con grasa.

Morgana dijo...

Me encanta leer las historias verdaderas de las princesas y las reinas. No tienen nada que ver con los cuentos que leía de niña, en los que las princesas se casaban y eran felices para siempre. Ahora que conozco la verdad siento una alegría malsana pero reconfortante.

Isabela dijo...

Estaría bueno que el inconsciente conminara a la conciencia para que también amara la gordura!

Jacinto dijo...

Los cuadros y esculturas de Botero me llenan de esperanza.

Marcia dijo...

De verdad no puedo entender a los hombres que dicen que las mujeres embarazadas son feas y deformes.

Laura dijo...

Los batusi seguro que aman la gordura porque para ellos es casi un imposible.

Obdulio dijo...

¿Amar la gordura porque nos recuerda las embarazadas nos recuerdan la paz del mundo fetal? Parece lógico; qué intrincado debe ser nuestro Inconciente.

Martín dijo...

Mi padre es un personaje obeso que no hace regalos.

Flopy dijo...

Yo relleno mi cuerpo con alimentos Lights, flor de negocio se inventaron con nuestros traumas.

Juan LUis dijo...

En la Edad Media ser obeso era sinónimo de pertenecer a la nobleza.

Augusta dijo...

En el presente ser obeso es sinónimo de ser pobre, ya que las harinas son los alimentos más baratos.