domingo, 18 de octubre de 2009

La opresión del liberalismo

Ni los regímenes autoritarios ni las democracias están asociados históricamente al crecimiento económico de una nación. Hay ejemplos históricos que validan ambas posibilidades.

Sin embargo el liberalismo puede —en algunos casos— interpretarse como una forma de autoritarismo aunque reconozco que en principio parezca una flagrante contradicción conceptual.

La presión que reciben los ciudadanos es quizá el factor más claro que define a un régimen autoritario.

En las economías donde existe una tradición proteccionista de la producción nacional, los agentes económicos tienen sus vidas organizadas para realizar un determinado esfuerzo.

Cuando un gobierno decide imponer criterios liberales a la economía de un país donde los agentes económicos están acostumbrados a un escenario cerrado y protegido, surge esa presión (que recuerda a los regímenes autoritarios) porque deberán competir con productos importados.

Si bien «la mano ejecutora» de ese autoritarismo no proviene de un despreciable dictador a quien odiar, la apertura de fronteras es percibida por muchos ciudadanos como un abandono cruel de la protección estatal que estaban acostumbrados a recibir.

Los gobiernos liberales están convencidos de que el proteccionismo económico sólo genera ineficiencia que perjudica a la población.

Los agentes económicos que pierden la protección estatal, sienten algo muy diferente. Muchos no resisten el cambio y dan quiebra (sin olvidarme que algunos fallecen precozmente por exceso de estrés).

La población que supuestamente sería la beneficiaria final de tan importante cambio (porque recibirá una oferta más abundante y diversificada), suele no darse cuenta porque nuestra percepción registra mejor «un gramo de malestar» que «mil gramos de bienestar».

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13 comentarios:

Teresinha dijo...

SAbias palabras estimado, pero te ayudaré con la libertad que me da el anonimato: el liberalismo es una mierda.

Irene dijo...

Me gusta la gente que cambia de opinión y lo dice en público.

Martín dijo...

Competir con productos importados no existe. La que te queda es dedicarte a otra cosa.

Graciana dijo...

Intentaré ser más agradecida con mis "mil gramos de bienestar".

Silvana R. dijo...

Y a todo esto... ¿cuál es su postura respecto al tema?

López dijo...

Mi postura es que los estados deberían planificar el desarrollo industrial de la nación, y eso va de la mano del proteccionismo.

Hugo dijo...

Esa foto llama a una picadita

Abelardo dijo...

El libre mercado no permite el desarrollo de la producción nacional porque no le da el tiempo lógico y natural que necesita para desplegarse, tanto sea la producción de bienes como la de servicios.

Chiang Sao dijo...

La única competencia que tiene sentido es la competencia con uno mismo.

Olga dijo...

No es saludable vivir bajo presión, en permanente estado de estrés.

Jhonn dijo...

Quizás algún día los problemas sean otros porque las fronteras desaparecerán.

Luis Ernest dijo...

No sé si usted está a favor o en contra. La libertad se merece y para vivir en libertad hay que estar capacitado. Hay personas que nacieron para vivir en una cárcel, aunque sea sin barrotes.

Anónimo dijo...

vea ZEITGEIST o entre en thezeitgeistmovement.com, abrira su mente mucho más que con esta reflexión