jueves, 20 de diciembre de 2012

Significante Nº 1.378



Si me vas a decir que a ti te duele tanto como a mí, prefiero tus golpes porque son más sinceros.

12 comentarios:

Carolina dijo...

¿Golpes Doc? Mmmm, me parece que golpes no, por más sinceridad que haya en ellos.

Oliverio dijo...

No darles a nuestros hijos todo lo que nos piden nos duele porque en general sabemos ponernos en el lugar de ellos. Hay que hacer tripas corazón para mantenerse firme en lo que creemos terminará beneficiándolos.

Marcos dijo...

Si me vas a decir que a ti te duele tanto como a mí, no me golpees.

Norton dijo...

Las palabras pueden ser muy sinceras. Llegar al golpe implica descontrol, no sinceridad.

Shanti dijo...

Admiro a los padres que con sólo una mirada indican lo que debe hacerse y lo que no. Y no hablo de miradas amenazantes; son miradas casi telepáticas.

Marta dijo...

No es necesario decir demasiado en esos casos. Ellos entienden. El silencio es más elocuente. Decir lleva al enrosque.

Andrés dijo...

A mí me duele tanto como a ti, porque yo también fui niño.

Anónimo dijo...

Si me vas a decir, hacelo con serenidad, buscá el momento adecuado y tolerá mi enojo.

Eduardo dijo...

El golpe deja una herida, pero heridas mayores las dejan los hechos.

Nazareth Inglese dijo...

A ti te duele.
A mí me duele.
A ti te enoja.
A mí me angustia.
Y a ti también.

Ingrid dijo...

Prefiero tus golpes sinceros cuando son golpes de palabras fuertes, quizás destempladas y gritonas, pero palabras. Las palabras son menos despóticas.

Yoel dijo...

El golpe más sincero de mis padres fue su divorcio. Me dolió y me sigue doliendo, pero también se los agradezco.