Las donaciones de los máximos filántropos son pequeñas porque la ética virtuosa indica que es noble dar lo que nos falta y no lo que nos sobra.
8 comentarios:
Ernesto
dijo...
El filántropo es aquella persona que ayuda a los demás en forma desinteresada (sin un interés específico, sin esperar prebendas, en todo caso con el interés de sentirse bien consigo mismo). Por este motivo es muy cierto lo que ud dice (quizás en tono humorístico). Con frecuencia los que ponen grandes cantidades de dinero es porque buscan exonerar impuestos, o que gane el partido político que los beneficiará, etc.
Dar lo que nos falta es un producto de alta calidad de la cultura. Para lograr una acción tan generosa se necesitan individuos muy sanos, es decir, capaces de controlarse cuando es necesario, capaces de ver el bien común (salir del egocentrismo, priorizar la especie).
A partir del planteo de Elena, imagino ejemplos en los que se aplica esa máxima: cuando en una catástrofe se le da prioridad a las mujeres y los niños, cuando se comparte el agua y la comida aunque sea insuficiente para todos.
Con el cambio de temporada me gusta renovarme. Es un bajón volver a usar la ropa de la primavera pasada. Algunos que se quieren hacer los buenitos, donan la ropa a sus empleadas o a los que vienen a pedir puerta a puerta. Parece que después la venden en la feria y sacan unos pesos. Pero eso no es justo. Yo tuve que estudiar y trabajar para ganar lo que gano. Esos vagos viven de la limosna. Por eso yo vendo mi ropa a las casas de second-hand. Y siempre me la toman porque está impecable y es de la mejor calidad. Además así le doy laburo a los que tienen esos negocios. Y el pobre que trabaja, que vaya a comprar allí (o el clase media, que dicen está tan vapuleado, porque la verdad que mi ropa la venden cara, yo siempre paso y miro las vidrieras, bien cara que la venden). Las cosas son así, el que nace para pito no llega a corneta.
8 comentarios:
El filántropo es aquella persona que ayuda a los demás en forma desinteresada (sin un interés específico, sin esperar prebendas, en todo caso con el interés de sentirse bien consigo mismo).
Por este motivo es muy cierto lo que ud dice (quizás en tono humorístico). Con frecuencia los que ponen grandes cantidades de dinero es porque buscan exonerar impuestos, o que gane el partido político que los beneficiará, etc.
Dar lo que nos falta es muy difícil. Sólo lo hacemos en situaciones extremas y por amor.
Dar lo que nos falta es un producto de alta calidad de la cultura. Para lograr una acción tan generosa se necesitan individuos muy sanos, es decir, capaces de controlarse cuando es necesario, capaces de ver el bien común (salir del egocentrismo, priorizar la especie).
A partir del planteo de Elena, imagino ejemplos en los que se aplica esa máxima: cuando en una catástrofe se le da prioridad a las mujeres y los niños, cuando se comparte el agua y la comida aunque sea insuficiente para todos.
Igual dar lo que sobra nunca está demás. Salvo que implique anular la capacidad de quienes deben aprender a valerse por si mismos.
Con el cambio de temporada me gusta renovarme. Es un bajón volver a usar la ropa de la primavera pasada. Algunos que se quieren hacer los buenitos, donan la ropa a sus empleadas o a los que vienen a pedir puerta a puerta. Parece que después la venden en la feria y sacan unos pesos. Pero eso no es justo. Yo tuve que estudiar y trabajar para ganar lo que gano. Esos vagos viven de la limosna. Por eso yo vendo mi ropa a las casas de second-hand. Y siempre me la toman porque está impecable y es de la mejor calidad. Además así le doy laburo a los que tienen esos negocios. Y el pobre que trabaja, que vaya a comprar allí (o el clase media, que dicen está tan vapuleado, porque la verdad que mi ropa la venden cara, yo siempre paso y miro las vidrieras, bien cara que la venden).
Las cosas son así, el que nace para pito no llega a corneta.
No hay que dar nada. Cada cual tiene que aprender a sobrevivir.
El problema con las donaciones es que a veces se las roban antes de que lleguen a destino.
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