sábado, 28 de mayo de 2011

Significante Nº 926

Está demostrado que aquellas personas que temen hablar en público, cuando se animan no responden a la orden de callarse.

10 comentarios:

Cecilia dijo...

Puede ser, a mí todavía no me ha pasado.

Yoel dijo...

Esas personas quieren ponerse al día con todo lo que pudieron decir y temieron escuchar.

Laura dijo...

En mi caso creo que el miedo a hablar en público se debe a la imágen que me hice desde muy pequeña, de las personas que conformaban mi entorno. Por algún motivo creí con total certeza que sólo iban a criticarme, burlarse, exigirme.

Yesy dijo...

Si eligiera una cara, pediría que me tunearan una como la de esa chica ojos rubí.

Nahuel dijo...

La orden de callarse es una de las menos respetadas.

Germán dijo...

No me gusta hablar en público porque yo siempre quiero dar la mejor de las impresiones. Por eso tomo el micrófono y sólo les digo: lean señores!

Efraín dijo...

Una cosa que no está aclarada es si en el Paraíso uno está obligado a hablarle a las multitudes. Y tampoco se dice si las multitudes tienen que escucharlo.

Daniel dijo...

Por eso en las Mesas Redondas son tantos los que piden prórroga. Al final los congresos nunca terminan en hora.

Chapita dijo...

Por temor a hablar en público me desmayé. Luego de que me animaron, les dije la verdad; que no me animaba. Entonces volvieron a hacerme respiración boca a boca.

Chapita dijo...

Y otra cosa; a lo que le tengo más miedo es a hablar solo.