Para entregarle la carta de amor al mayordomo que hará de mensajero, el romántico muchacho se baña, perfuma y elije la mejor ropa. Luego, descansa extenuado.
Ella recibió la carta temblorosa. Sí... la carta temblaba de la emoción que le había imprimido el amante. Luego la acercó a su rostro y disfrutó su suave perfume. Corrió a sus aposentos y sentose en su pequeño escritorio frente a la ventana. Escribió: querida prima, he recibido una carta del Conde que tú sabes. Nos ruega que lo esperemos en el camposanto a la medianoche. Es nuestra oportunidad, no olvides la estaca!
11 comentarios:
Ese niño no precisa vestirse ni perfumarse.
Le habrá pedido al mayordomo que haga juego con su actitud? o la muchacha habrá recibido la carta de una mano desprolija y sudorosa?
A mí lo que me cansa es pensar en cómo seducirlo.
Eso es instintivo, MaRgariita...
Ojo con el mayordomo, empieza de mensajero y termina robándose a la novia.
Cuando me pongo romántico me salen alas de mariposa y vuelo hasta el lecho de mi amada, impulsado por la brisa.
Lástima que la muchacha recibió la carta después de una hora de bicicleta fija.
Lo que cansa a este pobre chico es la expectativa.
Tiene suerte. No necesita depilarse.
Ella recibió la carta temblorosa. Sí... la carta temblaba de la emoción que le había imprimido el amante. Luego la acercó a su rostro y disfrutó su suave perfume. Corrió a sus aposentos y sentose en su pequeño escritorio frente a la ventana. Escribió: querida prima, he recibido una carta del Conde que tú sabes. Nos ruega que lo esperemos en el camposanto a la medianoche. Es nuestra oportunidad, no olvides la estaca!
Siempre tuya, Catalina.
Mientras el romántico muchacho descansa extenuado, ella culea con Jaime.
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