Enceguecida por su primer éxito, la escritora se empleó en el correo para obtener nuevas historias violando la correspondencia.
13 comentarios:
Raúl Sergio Contreras
dijo...
Violar la correspondencia es forzar algo que debe suceder de forma natural. Con los años aprendí que si no sos correspondido, sólo caben dos actos: aceptar y alejarse.
Nunca leí una carta ajena pero hice algo peor; leí el diario íntimo de mi hermana. Entonces descubrí que me tenía celos y envidia. La verdad es que yo no me daba cuenta. A partir de ahí nuestra relación cambió. Comencé a estar pendiente de la más mínima señal agresiva de su parte, creo que esta actitud me hizo perder la objetividad. Interpretaba todo para mal. Espero que nos reconciliemos algún día.
El éxito... Qué es el éxito? La aprobación de las mayorías? El negocio de un tercero? El resultado de la aplicación de un conjunto de normas estereotipadas? El precio de vivir para el público? Un talento modesto inflado por el marketing? Un remedio para la baja autoestima? La aprobación de los que se suben al carro? Coño! y qué felices nos hace!
13 comentarios:
Violar la correspondencia es forzar algo que debe suceder de forma natural. Con los años aprendí que si no sos correspondido, sólo caben dos actos: aceptar y alejarse.
Nunca leí una carta ajena pero hice algo peor; leí el diario íntimo de mi hermana. Entonces descubrí que me tenía celos y envidia. La verdad es que yo no me daba cuenta. A partir de ahí nuestra relación cambió. Comencé a estar pendiente de la más mínima señal agresiva de su parte, creo que esta actitud me hizo perder la objetividad. Interpretaba todo para mal.
Espero que nos reconciliemos algún día.
Las mejores historias que somos capaces de contar, son las que se ligan de un modo u otro a nuestra experiencia.
Se ve que en el país de la escritora es fácil conseguir empleo.
A mí las cartas me las entrega en mano propia mi lechuza.
La correspondencia no es violada; es voyeurizada.
Y a la escritora de nada le sirvió inmiscuírse en las historias ajenas. Enceguecida como estaba, no pudo leer nada.
Penélope fue una víctima más de esa escritora sin escrúpulos. Por culpa de la interceptación no pudo enterarse de que jamás volverían por ella.
En las redes sociales cibernéticas, no existe la violación de la correspondencia; todo está ahí para ser compartido por todos.
Cuánto esfuerzo innecesario! Para robar historias basta con escuchar, mirar y aplicar la imaginación.
Esa escritora debería contentarse con un primer y último éxito.
El éxito... Qué es el éxito? La aprobación de las mayorías? El negocio de un tercero? El resultado de la aplicación de un conjunto de normas estereotipadas? El precio de vivir para el público? Un talento modesto inflado por el marketing? Un remedio para la baja autoestima? La aprobación de los que se suben al carro?
Coño! y qué felices nos hace!
Le tengo miedo a la parálisis creativa que se viene después del primer éxito.
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