Un
niño crece serenamente cuando siente que sus padres lo necesitan y que él puede
satisfacerlos sin estresarse.
7 comentarios:
Laura
dijo...
Cuando no pasa eso que usted dice, los niños se convierten, al menos en la mayoría de los casos, en adultos despóticos, rencorosos, insatisfechos, agobiantes.
Algunas personas necesitan más que nada en el mundo ser amados, pero no se animan porque se sienten muy vulnerables cuando notan que necesitan a alguien.
Mi sensación siempre fue la de no estar a la altura de lo que esperaban mis padres. No sé si adjudicarles toda la responsabilidad a ellos, pero lo cierto es que soy una persona insegura y temerosa.
Mi padre se divertía mucho con nosotros; conmigo y con mis hermanos. Era una fiesta salir con él de campamento o ayudarlo a pintar la casa. Me doy cuenta de que a mí me sale lo mismo con mis hijos, que los disfruto... y le estoy muy agradecido.
Fui un terrible fracaso para mis padres. Aún hoy me cuesta superar eso. Llegado el momento tuve que decidir: o los satisfacía a ellos o dejaba de mentirme a mi mismo.
7 comentarios:
Cuando no pasa eso que usted dice, los niños se convierten, al menos en la mayoría de los casos, en adultos despóticos, rencorosos, insatisfechos, agobiantes.
¡Qué linda la mirada de ese pibe! De veras trasmite serenidad, alegría, seguridad.
Lo mismo pasa en la pareja. La pareja crece serenamente cuando sentís que el otro te necesita y que podés satisfacerlo sin estresarte, sindo tu misma.
Algunas personas necesitan más que nada en el mundo ser amados, pero no se animan porque se sienten muy vulnerables cuando notan que necesitan a alguien.
Mi sensación siempre fue la de no estar a la altura de lo que esperaban mis padres. No sé si adjudicarles toda la responsabilidad a ellos, pero lo cierto es que soy una persona insegura y temerosa.
Mi padre se divertía mucho con nosotros; conmigo y con mis hermanos. Era una fiesta salir con él de campamento o ayudarlo a pintar la casa. Me doy cuenta de que a mí me sale lo mismo con mis hijos, que los disfruto... y le estoy muy agradecido.
Fui un terrible fracaso para mis padres. Aún hoy me cuesta superar eso.
Llegado el momento tuve que decidir: o los satisfacía a ellos o dejaba de mentirme a mi mismo.
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