Mi padre no me prestaba el auto, pero a veces dejaba las llaves puestas porque sabía que yo me atrevía... Cuando volvía el se hacía el enojado pero no pasaba de ahí.
Los romanos practicaban la caridad y la piedad como valor, no por dogma. Cuando se quiso restaurar el paganismo se tomo de la fe cristiana la filantropía (amor a la humanidad). Los romanos eran caritativos y piadosos con sus amigos. Luego fueron filántropos... también con sus amigos. Así es fácil.
Nos equivocamos mucho con las interpretaciones. Sobre todo cuando leemos. No ver la cara y los gestos del que se comunica complica las cosas. En lo escrito el tono de la voz y el color de la mirada lo pone uno. Por eso cada libro se completa con el lector. Y es distinto en las manos de cada lector.
Prejuzgamos para no quedarnos con dudas. La duda es la virtud de los fuertes. Al prejuzgar interpretamos. Nos sentimos más seguros, pero no ahondamos en el concocimiento del otro.
Interpretamos según nuestra escala de valores. El pobre ladrón interpreta que el descuido implica desinterés y hasta una invitación; invitación que sería descortez rechazar.
8 comentarios:
No se me había ocurrida. Es una forma santa de hacer donaciones. En un total anonimato.
Mi padre no me prestaba el auto, pero a veces dejaba las llaves puestas porque sabía que yo me atrevía... Cuando volvía el se hacía el enojado pero no pasaba de ahí.
Los romanos practicaban la caridad y la piedad como valor, no por dogma. Cuando se quiso restaurar el paganismo se tomo de la fe cristiana la filantropía (amor a la humanidad).
Los romanos eran caritativos y piadosos con sus amigos. Luego fueron filántropos... también con sus amigos.
Así es fácil.
Nos equivocamos mucho con las interpretaciones. Sobre todo cuando leemos. No ver la cara y los gestos del que se comunica complica las cosas. En lo escrito el tono de la voz y el color de la mirada lo pone uno. Por eso cada libro se completa con el lector. Y es distinto en las manos de cada lector.
Prejuzgamos para no quedarnos con dudas. La duda es la virtud de los fuertes. Al prejuzgar interpretamos. Nos sentimos más seguros, pero no ahondamos en el concocimiento del otro.
Interpretamos según nuestra escala de valores. El pobre ladrón interpreta que el descuido implica desinterés y hasta una invitación; invitación que sería descortez rechazar.
No digas ni en broma ¨el pobre ladrón¨. Me ponés el dedo en la llaga.
El ladrón no es un malviviente. Depende. Los ladrones que tienen recursos viven muy bien.
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