Los padres de la adolescente embarazada se calman cuando permiten que la hija sea dueña de su propio cuerpo.
10 comentarios:
Javier
dijo...
Esto de ser o no dueños de nuestro cuerpo es un tema bastante complejo, porque la sensación que da es que todos somos dueños de nuestro cuerpo, a la vez que nadie lo es.
La responsabilidad de los padres respecto de sus hijos menores incluye al cuerpo, el tema es ¿HASTA DÓNDE?. ¿A partir de qué punto lo personal y privado trasciende la edad? ¿Cuándo DEBE estar el adulto operando sobre ese cuerpo y cuándo se debe retirar?
Cuando quedé embarazada papá se enojó mucho pero mamá trató de ponerse en mi lugar y me dio apoyo. Lo único que terminó por aplacar a papá fue tener a su nieto en brazos.
Cuando amar pasa por sentirse dueño, se generan conflictos muy fuertes y difíciles de superar. Algo que puede pasar es que quieran adueñarse de los nietos.
Nos cuesta permitirnos el goce y por tanto también, permitírselo a otros. Como vivimos en un entorno civilizado, a veces la conservación de la especie pasa, paradojalmente, por la anticoncepción. Por eso, en parte, las barreras al goce.
Si permitimos a nuestros hijos que se adueñen de su propio cuerpo, estamos permitiendo que asuman riesgos. Eso nos cuesta mucho. Lo ideal es que sea un proceso muy gradual, que vaya acompañando el desarrollo del niño primero y del adolescente después.
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Esto de ser o no dueños de nuestro cuerpo es un tema bastante complejo, porque la sensación que da es que todos somos dueños de nuestro cuerpo, a la vez que nadie lo es.
La responsabilidad de los padres respecto de sus hijos menores incluye al cuerpo, el tema es ¿HASTA DÓNDE?. ¿A partir de qué punto lo personal y privado trasciende la edad? ¿Cuándo DEBE estar el adulto operando sobre ese cuerpo y cuándo se debe retirar?
A los padres de los adolescentes nos calma el sentir que nuestros hijos son dueños de su cuerpo. La responsabilidad de ellos nos calma a nosotros.
Cuando quedé embarazada papá se enojó mucho pero mamá trató de ponerse en mi lugar y me dio apoyo. Lo único que terminó por aplacar a papá fue tener a su nieto en brazos.
Cuando amar pasa por sentirse dueño, se generan conflictos muy fuertes y difíciles de superar. Algo que puede pasar es que quieran adueñarse de los nietos.
Si son dueños para gozarlo que sean dueños también para alimentarlo.
Creo que en este tema no se pueden adoptar posturas rígidas. Son asuntos complejos que requieren lo mejor de nosotros mismos.
Nos cuesta permitirnos el goce y por tanto también, permitírselo a otros. Como vivimos en un entorno civilizado, a veces la conservación de la especie pasa, paradojalmente, por la anticoncepción. Por eso, en parte, las barreras al goce.
Si permitimos a nuestros hijos que se adueñen de su propio cuerpo, estamos permitiendo que asuman riesgos. Eso nos cuesta mucho. Lo ideal es que sea un proceso muy gradual, que vaya acompañando el desarrollo del niño primero y del adolescente después.
A veces se calman y no es que hayan asimilado nada, es que pasa el tiempo y la vida sigue.
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