sábado, 28 de enero de 2012

La violencia es barata pero no rinde

Usamos la violencia para eliminar las situaciones inconvenientes que no podemos comprender por falta de desarrollo intelectual y madurez emocional.

Existen razones muy importantes para que los humanos usemos la violencia física, brutal y despiadada.

— Puede ser entendida y aplicada por personas de muy bajos niveles de educación;
— El miedo (provocado por la violencia) es un sentimiento altamente efectivo, paralizante, disuasivo, que está fuera del control de quien lo padece;
— Requiere escasos recursos económicos (por eso resulta accesible para una mayoría de personas).

Las políticas que se aplican universalmente para controlar y desestimular el consumo de drogas psico-activas (cocaína, marihuana, anfetaminas), son fundamentalmente violentas.

Una técnica que suele funcionar muy bien para estudiar los fenómenos sociales consiste en dejar de lado los juicios de valor (bueno, malo, perverso, ideal, positivo) adoptando una postura lo suficientemente humilde como para poder reconocer que el hecho que nos ocupa está funcionando perfectamente bien (porque para que permanezca tiene que ser viable, armónico, coherente, saludable), a pesar de que no podemos comprenderlo aún.

Lo digo de otra forma:

Los juicios de valor son reacciones arrogantes que nos someten, nos atan, nos encarcelan.

Nuestra mente difícilmente pueda funcionar inteligentemente cuando confunde «lo que es» con lo que «debería ser».

Algo que ocurre con el fenómeno del narcotráfico es que lo encaramos con una mente obnubilada por:

— el escándalo mediático referido a la corrupción de sus actores, a una especie de lucha mística entre «el bien y el mal»;

— la envidia que sentimos hacia quienes gozan consumiendo y hacia quienes se enriquecen inescrupulosamente;

— la convicción de que la violencia (represión) brutal, ciega, demoledora, realmente es efectiva, radical, infalible.

Tanto en el narcotráfico como en nuestra economía personal, la violencia es una solución tan barata como ineficiente.

Lo único efectivo es desarrollar (estimular, patrocinar) la responsabilidad individual.

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8 comentarios:

Daniela dijo...

Me parece muy importante el señalamiento que hace ud cuando nos hace recordar que si usamos la violencia es porque resulta útil, porque tiene sus ¨ventajas¨. Sólo partiendo de esta base podemos estudiar la búsqueda de otros métodos más humanos y efectivos.

Horacio dijo...

Evidentemente, una de las primeras cosas que tenemos que hacer es subir los niveles de educación. Y dejar de jactarnos de la educación que tenemos.

Adela dijo...

Concuerdo en que la solución pasa por promover la responsabilidad, es decir, promover la madurez cuando se educa. Para ser responsable es necesario poseer información, conocerse a si mismo, ser capaz de reflexionar sobre la propia conducta y los límites de cada uno. Si transmitimos que hay que vivir la vida loca, ser siempre frescos y espontáneos, creyendo que todo tiene solución y que vamos a ser jóvenes por siempre, vamos por mal camino.

Luisa dijo...

Quien consume drogas con frecuencia recurre a métodos violentos para seguir consumiendo. Ahí es cuando se busca apagar la violencia con más violencia.

Hugo dijo...

Los tratamientos para dejar de consumir droga son muy caros. A menudo se hacen necesarias internaciones prolongadas. Por otro lado, quienes consumen a niveles problemáticos, por lo general han perdido su trabajo. Entonces nos encontramos con que es el Estado quien debe hacerse cargo, o sea, la ciudadanía deberá aceptar que se recaude con este fin y deberá confiar en que se haga un buen uso de esos dineros públicos.

Verónica dijo...

Hay que tener en cuenta que nuestra mente tiende a obnubilarse cada vez que tenemos la posibilidad de ganar en autoestima y satisfacción personal, poniéndonos del lado de los buenos.

Roberto dijo...

Lo que se desestimula con violencia es las consecuencias del consumo problemático de drogas. En definitiva es a las conductas delictivas a las que se responde con violencia, y tampoco es la solución.

Enrique dijo...

Consumo problemático y conductas delictivas tienen en común la ruptura de límites, pero no podemos confundir, son cosas distintas, más allá de que muchas veces actúen unidas. Existe más orden, sistematización, racionalización, en el delito. La adicción no tiene códigos, la urgencia se apodera del individuo y no queda espacio para la planificación.