martes, 8 de diciembre de 2009

Significante Nº 535

No fracasan los que se divorcian sino los que se casan.

11 comentarios:

Manela dijo...

Eres una mezcla extraña; en algunos aspectos conservador y en otros bastante transgresor.

Alicia dijo...

Los muñequitos de la torta dándose la espalda están muy graciosos.

Hebert dijo...

Me gustaría guionar una película que se llamara: "El matrimonio o el fracaso de una ilusión"

Magdalena dijo...

Cuando te divorcias (y sobre todo si tuviste hijos con tu pareja) el sentimiento es de fracaso y frustración. Hubo un proyecto de dos que quedó trunco, expectativas no cumplidas y frecuentemente un collar de heridas mutuas.

Roberta dijo...

Me casé porque no aguantaba verlo tan libre.

Elbio dijo...

No me casé porque no confiaba en mí.

Ethelvina dijo...

El único problema del matrimonio es la convivencia, la rutina, los cuernos, las diferencias de criterios, la educación de los hijos, los temas económicos, la familia del cónyuge, la pérdida de privacidad, el costo del divorcio, la psicoterapia para los hijos, los días de visitas, las vacaciones, las fiestas familiares... Igual me encantaría casarme con el gordo!

Celeste dijo...

Ay! qué linda torta. Viéndola ya me imagino el vestido, el salón de fiesta, el vals y toda la paquetería de nuestras familias reunidas.

Eduardo dijo...

Tanto el casamiento como el divorcio pueden verse como experiencias y no como fracasos: el casamiento como una experiencia maníaca y el divorcio como una experiencia depresiva.

Ludovika dijo...

A esa pareja le fue mal porque arrancaron con rosas amarillas que auguran envidia. Seguro que fueron una de esas típicas parejas competitivas.

Anónimo dijo...

creo en la pasión, en esa deliciosa locura transitoria y predico las enseñazas de un matromonio de doce años: no hay nada que atente tanto contra la pasión y el amor como el matrimonio, y recuerden esto: casarse no es necesario