Todos me dicen que soy un ganador. En mi fuero interno siento una gran pesadumbre, no sé si se debe a tanto éxito o a que ese supuesto éxito es un verdadero fracaso.
Siempre encontramos la manera de competir, parece ser parte de nuestra naturaleza. Puede ser a través del deporte, la política, el trabajo, la belleza, etc, etc. No olvidemos que nuestro origen es el fruto de una denodada competencia entre los espermatozoides por llegar al óvulo.
10 comentarios:
En definitiva: le tiene miedo a las emociones fuertes.
Lo más católico es un empate.
Todos me dicen que soy un ganador. En mi fuero interno siento una gran pesadumbre, no sé si se debe a tanto éxito o a que ese supuesto éxito es un verdadero fracaso.
Quizás esa chica competía en fórmula uno.
Lo desagradable de la competencia es que la alegría de uno es a costillas de la tristeza del otro. Lo mejor es competir con uno mismo.
Creo que le tiene miedo a vivir.
Habla como si competir fuese una obligación.
Empatar tampoco me gusta; me deja un sabor a nada.
Yo le tengo miedo a ganar por lo de la envidia.
Siempre encontramos la manera de competir, parece ser parte de nuestra naturaleza. Puede ser a través del deporte, la política, el trabajo, la belleza, etc, etc.
No olvidemos que nuestro origen es el fruto de una denodada competencia entre los espermatozoides por llegar al óvulo.
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