Textos pequeños pero concentrados.
Yo estoy haciendo lo necesario para ir al infierno pero me preocupa porque esa imagen me da calor y yo soy del otoño y la primavera.Todavía tengo tiempo de pensarlo un poco más.
Tiene su lógica: los abogados del diablo son licenciosos.
En el Purgatorio nunca pasa nada, los días se te hacen años, vivimos todos detenidos. Lo único que te altera la modorra son los llantos de los santos inocentes.
¿En el Purgatorio se hacen purgas?
El problema que tienen los abogados del Diablo es que cuando están de Licencia no les dan la visa para el Paraíso.
El Infierno que me imagino es como el Polo. Fuego y calor es vida.
En el Purgatorio son todos una manga de inconscientes!
Nosotros en el Infierno la vamos a pasar bien; tenemos fogatas y parrilleros por todos lados.
Voy a tener que terminar en el Infierno. Le tengo fobia a las serpientes y las manzanas me parecen frutas insulsas.
En el Purgatorio siempre hay grandes colas de almas esperando por los burócratas que atienden detrás de sus escritorios.
¿Quién habrá sido el audaz que convirtió al Diablo en cornudo?
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11 comentarios:
Yo estoy haciendo lo necesario para ir al infierno pero me preocupa porque esa imagen me da calor y yo soy del otoño y la primavera.
Todavía tengo tiempo de pensarlo un poco más.
Tiene su lógica: los abogados del diablo son licenciosos.
En el Purgatorio nunca pasa nada, los días se te hacen años, vivimos todos detenidos. Lo único que te altera la modorra son los llantos de los santos inocentes.
¿En el Purgatorio se hacen purgas?
El problema que tienen los abogados del Diablo es que cuando están de Licencia no les dan la visa para el Paraíso.
El Infierno que me imagino es como el Polo. Fuego y calor es vida.
En el Purgatorio son todos una manga de inconscientes!
Nosotros en el Infierno la vamos a pasar bien; tenemos fogatas y parrilleros por todos lados.
Voy a tener que terminar en el Infierno. Le tengo fobia a las serpientes y las manzanas me parecen frutas insulsas.
En el Purgatorio siempre hay grandes colas de almas esperando por los burócratas que atienden detrás de sus escritorios.
¿Quién habrá sido el audaz que convirtió al Diablo en cornudo?
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