En un artículo titulado ¿El corazón? ¿Cuál?
les decía que algunas personas temen que nuestro corazón, por ser un músculo, se canse y se detenga.
Quienes padecen este temor le prestan más atención que la necesaria.
Les hago más comentarios sobre este interés desmedido que nos distrae de otras tareas más productivas:
1) Si decimos que actuamos «con razón» observe que si quitamos la «n» nos queda la famosa palabrita. De ahí que algunas personas pueden entender que para que el corazón no deje de latir, no deben apartarse jamás de una vida razonable, coherente, racional.
2) Esa vida muy razonada (sugerida por la creencia de que nuestra voluntad es capaz de controlar también ese músculo), puede hacer que alguien actúe como una máquina, dejando de lado los sentimientos, las pasiones, la intuición, los excesos.
3) Por tratarse de un órgano vital pero que no está repetido, es probable que para algunas personas sea demasiado riesgoso vivir sin formar una pareja, porque no es casual que el amor se represente por un corazón y que justamente, entre los dos se logra la fantasía de tener un órgano vital de repuesto por si falla el propio.
4) Los tres puntos anteriores parecerán un completo disparate para personas que sólo puedan pensar «con razón».
Los seres humanos sólo somos racionales en contadas ocasiones y los vínculos más ricos y gratificantes se logran cuando los afectos circulan con poca lógica, escasa precisión y mínima rutina.
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12 comentarios:
Supongo que ya se lo habré dicho: qué ingiosas ideas se le ocurren! No me importa si son verdaderas porque me dan tema para quedar bien con la familia de mi marido que me tiene por ocurrente.
Me llevaré este secreto a la tumba. jajaja
Me está haciendo falta un vínculo RICO y GRATIFICANTE.
Los afectos imprecisos me angustian.
Ojo! Las corazonadas producen taquicardia.
Me gusta la idea de tener un corazón de repuesto. No lo había pensado.
Y sin embargo la voluntad no es nada razonable.
También se representa al amor como un corazón herido, dando a entender que el amor duele.
Nos vemos obligados a ser razonables muchas más veces de las que sería saludable.
Para comportarse de manera irracional hay que tener muchos huevos.
Poca lógica y mínima rutina sí, pero la impresición me fastidia, no tolero a los impuntuales.
No hay que asustarse, a los locos el corazón igual les sigue latiendo.
Dejaré de lado los excesos el día que me peguen un susto.
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