sábado, 1 de diciembre de 2007

Te pertenezco

Cuando nos enorgullecemos por una filiación, la defendemos, la publicitamos, la apoyamos de cuerpo y alma.

La familia es la primera pero no siempre dura para toda la vida. A veces se producen fisuras que nos apartan de ella o por lo menos de algunos de sus integrantes.

Un club deportivo, una marca de automóviles, un colegio, son variadísimas las filiaciones que podemos establecer con plena satisfacción.

Pertenecer al grupo de pacientes de un determinado profesional también es mutuamente beneficioso. Aporta placer, interacción, calidad de vida.

La pregunta es: ¿qué tenemos que hacer para que los pacientes se enorgullezcan del vínculo que tienen con nosotros? Si esta pregunta puede responderse con acierto, lo que sigue a continuación son todos beneficios para ambas partes.

Estar orgullosos de nuestra familia, de nuestro psicólogo, de nuestro trabajo, y de todas esas instituciones a las cuales podemos pertenecer, es un logro de ellas y de cada uno de los afiliados.

Quizá tengamos que intercambiar escrituras de propiedad neuronal: yo le escrituro una neurona a favor de mi paciente y el me escritura a mí una de sus neuronas. Este fenómeno notarial es una metáfora de un vínculo bien constituido. Una afiliación por escrito.

reflex1@adinet.com.uy

●●●

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivo en Asunción (Paraguay) y acá nadie se ufanaría de estar en tratamiento psicológico. Este país es muy atrasado culturalmente. Padecimos la dictadura de Alfredo Stroessner, un odioso alemán que nos maltrató desde 1954 a 1989 y que felizmente se murió el año pasado.

Si por lo menos nos fuera como a los españoles cuando se murio Fco. Franco... Pero me parece que la suerte no está de parte de Paraguay. Muchos pensamos que si tuvieramos una salida al mar las cosas serían mejores, aunque Suiza tampoco la tiene y es divina.

Anónimo dijo...

No soy así. A mi me gusta no integrar ningún grupo de nada. Me molesta todo el mundo. Sólo me llevo bien con mis dos pointer. Me molesta hasta decir que vivo acá. Para mi que los que se enorgullecen de estar con éste o con aquel, son personas tan inseguras y cobardes que tienen que seguir prendidos a la pollerita de la madre. El hombre que realmente sirve es el Robinson Crusoe, el que se las arregla solo, no extraña, no se angustia, sabe cuidarse, es independiente. Cada vez quedan menos islas en venta y yo tengo muy poco dinero.

Anónimo dijo...

El último párrafo no lo entiende ni Cristo. Se te enredó la lapicera chuchi. Todo es guay pero ahi te caiste.

Anónimo dijo...

Ayer mi tio (62 años) me llevó a una reunión de su club de motoqueros Harley Davison. Qué onda tienen esos pendejos canosos!! Casi no me banco a los jovatos pero acá parecían otra cosa y las gomas estaban lindas de verdad. Cada máquina tienen esos chabones! Capaz que viven en una casa con baño colectivo en la mitad de la manzana, pero a la bicha la tienen super top. La pasé 100. Nunca lo hubiera pensado de mi.

Anónimo dijo...

Por suerte en Buenos Aires está bien visto estar en análisis. Uno de los equipos de genialidad más polifacética y muy respetados mundialmente (Les Luthiers)siempre han dicho que ellos estuvieron permanentemente asistidos por este arte-científico y pregonan el nombre del profesional.

No me extrañaría que ese analista también haya ganado mucho prestigio por atender a estos artistas.

Quizás ambas son situaciones ideales, pero entiendo que el concepto que ejemplifican es el consignado por el autor del Blog.

De forma más trivial pero no menos enfática, el refrán "dime con quien andas ..." conserva su vigencia.

Yo soy abogado penalista y me consta que obtengo muchas representaciones porque los jueces ya confían en mi solvencia. Este es mi mayor logro.

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dice alguien sobre la oscuridad del último párrafo. Para mi es un metáfora según la cual los profesionales tendríamos que tomar muy en serio eso nuestro que está en nuestro cliente (el autor lo representa por una neurona) para cuidarlo. Un ejemplo que me parece más claro que el que se publicó en el blog es el de una empresa que le da un automóvil (que incluye el logo en las puertas)a sus empleados y luego se esfuerza para que ese vehículo siempre esté limpio, brillante, silencioso. El auto lo usa el empleado pero ese auto también representa a la empresa y ésta quiere que su imagen sea la mejor.
Volviendo al artículo del blog: el paciente debe poder vanagloriarse de ser atendido por fulano tanto como el representante de la empresa se luce con el auto impecable.
Al final no se si aclaré o confundí más.

Anónimo dijo...

¿Por qué se complican tanto los señores posteadores?

El proveedor es la madre y el cliente es el hijo. ¡Ya está! ¡Qué tanta vuelta!

A mis clientes (tengo una mensajería) los trato como si fueran hijos míos: Los cuido, los conozco por su nombre, los quiero, los saludo para el cumpleaños, les mando postales para las fiestas y esto no es paco: Los quiero de verdad!

Anónimo dijo...

Yo creo mucho en todo esto y me gustaría que hubiera muchos adeptos a esta especie de religión (la de crear puentes de plata con las personas y en especial entre personas que se complementan casi permanentemente).

Les recomiendo el libro de TOM PETERS – CLAVES PARA HACER DE USTED UNA MARCA – 50 maneras de transformarse, dejando de ser un «empleado» para convertirse en una marca que comunique a gritos distinción, compromiso y pasión. – Ediciones Deusto – Barcelona, 2005

¡Enjoy yourself! ¡Está espectacular!

Anónimo dijo...

Leí ese libro y 38 más. Si se quieren evitar el trabajo haganme caso a mi que se los resumo en una sola palabra.

La clave de todo está en ser CONFIABLE. No le busquen más vueltas. Las personas que son (y lo parecen ¡obvio!), siempre van a estar entre la clase media y la alta.

OJO que se los super resumí pero no se boludeen porque ser CONFIABLE no es tan fácil. Esta palabrita es un estracto super condensado de ideas, criterios, disciplina, conocimientos y no sé cuantas cosas más.

Háganse un tatuaje en la frente con la palabra CONFIABLE.

Anónimo dijo...

Muchas personas dicen no tener suerte en la vida y es probable que algunas tengan razón. El azar existe y a veces se nos da en contra.

Me gusta observar cómo me atienden mis proveedores y saltan a la vista diferencias abismales. Algunos parecen reconocer que existo como persona, algunos parecen registrar como un número de cliente y otros directamente no me registran.

Coincidencia o no, a estas tres categorías les veo resultados comerciales bien diferentes. A los primeros les va cada vez mejor y los otros decaen a diferentes velocidades.

Anónimo dijo...

La filiación a mi flia si que fue corta. Me borré en cuanto pude. Les rompí el carnet en la cara. Di un portazo. ¡Son todos unos insoportables castrapelotas! Empezando por mi madre (que en lo único que se fija es en si se tiene que teñir el pelo) y terminando con mi abuelo que debe estar mal de la cabeza porque de lo único que sabe hablar es de heráldica y el escudo de la flia y los primeros pobladores con su apellido.

¡Quiero ser huérfano por adopción!

Anónimo dijo...

Lo que dijo Orlando me entristeció. Caí en la cuenta de que no soy capaz de establecer con mis pacientes otro tipo de relación que no sea la de madre-hijo

Anónimo dijo...

esto me hizo pensar que de mi familia no me enorgullezco demasiado

Anónimo dijo...

Yo me enorgullezco de mi filiación al Partido Verde Internacional. Ahí se come bien (carne de primera), se chupa mejor y se navega cada dos por tres con el pretexto de desembadurnar las patas alquitranadas de las gaviotas