Lo que no le perdono al ladón es que me quitó la ilusión de que algo pueda ser mío.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Significante Nº 815
Lo que no le perdono al ladón es que me quitó la ilusión de que algo pueda ser mío.
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9 comentarios:
El ladrón no existiría de no haber nada que fuera suyo.
Tu mujer puede durar más que la radio del auto. En definitiva, es mejor que sea tuya tu mujer a que sea tuyo tu auto.
Lo único que tengo es mi apartamento, y ahora una empresa de demolición le rajó la pared del living.
Toda una vida luchando por la casa propia, para qué? Hoy por hoy es todo incertidumbre.
No hay que preocuparse. Los ladrones no necesitan que se los perdone.
Yo sigo teniendo la ilusión de que algo pueda ser mío. Eso sí, trato de usar mis pertenencias con cuidado, poniendo lo mejor de mí. Así y todo a veces no lo logro. Lo que pasa es que lo mejor y lo peor de mí, andan bastante cerca.
Cuando crucificaban a los ladrones, o les cortaban las manos... no se detenía el delito?
Y capaz que en aquella época sí, pero algo quedó, porque el robo siguió desarrollándose con éxito, hasta nuestros días. (y goza de buena salud)
Aldo es el dueño de mi corazón. Por eso Aldo tiene algo mío.
Ladrones felices, como el del dibujo, te hacen sentir que la vida vale la pena.
Con mi esposo decidimos que lo mejor es la permuta: lo tuyo es mío y lo mío es mío, perdón! tuyo.
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