domingo, 19 de octubre de 2008

La barra está dura

La joven está en el camerino que comparte con otras cuatro bailarinas, sacando cuentas febrilmente. Varios papelitos llenos de números se entremezclan con productos cosméticos, peines, cepillos, perfumes, ligas con puntilla negra y un zapato al que se le despegó el tacón.

En quince días comienza el período escolar y su hijo de ocho años necesita uniforme, calzado, útiles escolares. Por suerte la matrícula del colegio ya se la pagó el padre.

Tendrá que ser más arriesgada, más sensual, más erótica para que los clientes alcoholizados de la barra compren sus aproximaciones agregando billetes de 20, 50 y quizá de 100.

Los elásticos de sus pocas prendas deben ser suaves para que no la lastimen pero firmes para que los billetes queden atrapados y mejoren la recaudación que aplicará casi íntegramente a procurar que su hijo tenga lo mejor y acceda a una calidad de vida no tan incierta y sacrificada.

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15 comentarios:

Anónimo dijo...

Una historia verdaderamente conmovedora.

Anónimo dijo...

Si ese es el argumento de "Cabaret" menos mal que esta Liza para cantar y bailar.

Anónimo dijo...

Lo que ud. no dice es que el tacón del zapato se despegó después de que fajó al nene.

Anónimo dijo...

Los madre se rompe por darle una buena calidad de vida y después el hijo es un inútil. Muchas veces pasa.

Anónimo dijo...

Pasaron los años, pero siempre quise una oportunidad para confesarlo: yo le robaba los billetes de 100.

Anónimo dijo...

Los papelitos llenos de números... ¿eran teléfonos de los clientes?

Anónimo dijo...

Saca cuentas febrilmente y siempre le dan distinto. Al final no sale a bailar y se queda emperrada sumando y restando.

Anónimo dijo...

Por qué no se deja de pavadas y lo manda a la pública!

Anónimo dijo...

Lo peor no era cuando comenzaba el período escolar, sino cuando terminaba. A ella le gustaba tomarse unas buenas vacaciones con su niño.

Anónimo dijo...

Tenga esperanza, los clientes alcoholizados se confunden de billetes y puede ligar más.

Anónimo dijo...

Más que los elásticos de las prendas, lo suave y firme ahí tiene que ser lo que está detrás de los elásticos.

Anónimo dijo...

Yo estoy con mi marido por necesidad económica. No veo la diferencia a no ser que mi ropa interior tiene los elásticos bien flojos porque si no me molestan.

Anónimo dijo...

Estas mujeres hacen lo que les gusta. Lo mismo sucede con las enfermeras. ¿Alguien conoce una profesión más imunda que la de enfermera? y sin embargo son señoras comunes y corrientes que nadie se fija en ellas.

Anónimo dijo...

¿Cómo será ser seductora con dolores menstruales? ¡Impensable!

Anónimo dijo...

Su trabajo es cobrarles a quienes necesitan pagar por adminar la belleza, y a su vez cuando se miran al espejo se asustan.