Antes los bancos era de paredes gruesas de ladrillo con puertas de hierro. Ahora son todos de vidrio. Los seres humanos somos cada vez más honestos. Quisiera reencarnarme en lo mismo. ¿Puedo?
Estábamos en plena asamblea del Claustro, cuando la profesora Michelena admitió su fobia a los bancos cerrados. Recién a partir de ese momento entendimos por que los estudiantes, con mala intensión y alevosía, cerraban las sillas antes de retirarse de clase.
10 comentarios:
No me recuerdes el corralito, porfi!!
Algunos prefieren los teatros, otros los hospitales, otros los bancos, otros los burdeles. Hay claustrofobias para todos los gustos.
La economía de mercado piensa en todos.
A mi me duele si justo cierran con mi dedo en la puerta. jijiji
Al dinero lo sacan de paseo en camiones blindados porque es el enemigo público número uno.
Antes los bancos era de paredes gruesas de ladrillo con puertas de hierro. Ahora son todos de vidrio. Los seres humanos somos cada vez más honestos. Quisiera reencarnarme en lo mismo. ¿Puedo?
Los psicólogos también servimos para declarar claustrofóbico a los sospechosos del asalto a un banco.
Si el banco cierra, tendrán que hacerlo conmigo adentro!
Cuando cerraron los bancos pudimos reunir a la familia.
Estábamos en plena asamblea del Claustro, cuando la profesora Michelena admitió su fobia a los bancos cerrados. Recién a partir de ese momento entendimos por que los estudiantes, con mala intensión y alevosía, cerraban las sillas antes de retirarse de clase.
A mí me da más claustrofobia si me cierran una bolsa en la cabeza.
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