La Ley del Talión fue impuesta hace miles de años para terminar con las injusticias.
Antes de esa ley era normal que alguien robara una gallina y que en represalia la víctima matara a toda la familia del ladrón.
Observe usted el gran avance en materia jurídica que se logró con esta disminución de la represalia. A partir de la Ley del Talión, la víctima sólo podía resarcirse de su pérdida robándole una gallina al ladrón.
Claro que después apareció Jesús y dijo que la Ley del Talión estaba mal, que había que ser aún más considerado y si, por ejemplo, alguien había robado una gallina, la víctima se ganaría el cielo si le facilitaba las cosas al ladrón para que le robara una segunda gallina. El lo expresó diciendo que «Si te golpean una mejilla, ofrece la otra mejilla para que te la golpeen también».
Quizá yo esté equivocado pero esta sugerencia es desastrosa. Equivale por ejemplo a que si nos deben dinero, no hagamos nada por cobrarlo; si trabajamos para otra persona, que no procuremos recibir un salario justo.
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12 comentarios:
¡Qué buen razonamiento! Me divierte.
Ud tiene al cristianismo entre ceja y ceja. Parece algo personal. Casualmente comparto sus opiniones pero no se olvide que quizá sea ud muy subjetivo.
Entonces la lógica de "El que roba a un ladrón..." viene porque en realidad lo que uno hace en este caso es recuperar lo que le habían robado y ¡¡santas pascuas!!
Su artículo me distiende.
No creo que ofrecer la otra mejilla signifique que debamos dejarnos lastimar. No soy ninguna entendida en cuestiones de la Biblia, pero supongo que significa que no debemos tener miedo a la agresión de los demás. No olvidemos que los primeros cristianos eran muy perseguidos.
2000 años después, muchas personas reclaman la ley del Talión o directamente se rigen por ella.
La Ley del Talión la usamos permanentemente en la vida cotidiana. Si no me das, yo no te doy. Si no me regalás yo no te regalo. Si me ofendés...ya te voy a dar donde te duela ¿son necesarios más ejemplos?
El que le roba al ladrón no hace más que demostrar que es peor aún, que ese ladrón. No sabemos la motivación del que robó, pero si sabemos la motivación del que robó porque le robaron: venganza. Y con la venganza estamos como estamos. Es de nunca acabar.
Antes de la Ley del Talión, la gente daba rienda suelta a sus pulmones.
Hoy enjuiciamos y castigamos al infractor. Intentamos ser justos. Todavía estamos muy lejos. Como especie todavía nos falta mucho.
Jesús proponía ganarse el cielo resistiendo y enfrentando al agresor sin el uso de la violencia.
Nosotros que nos salíamos de la vaina para que el vecino nos robara una gallina y resulta que lo más que podemos llegar a hacer, según esa maldital ley del talón, es robarle otra gallina a él. Aburridísimo.
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