Si hay alguien que comprende la verdadera naturaleza de la limosna grande, ese es el cura. Quién no pagaría lo que fuera para tener una parcela en el Cielo?
Una Navidad, por tratarse de un día de fiesta y de encuentro con uno mismo, le di una buena limosna a la señora que pide en la puerta del supermercado. No había caminado cuatro pasos cuando me acordé que no había comprado el pan dulce. Como el dinero no me alcanzaba y no tenía ganas de volver a casa a buscar plata, ni corta ni perezosa, fui y le pedí el dinero a la señora, prometiéndole que más tarde se lo devolvería. Ella me respondió enfadada: ud está loca, que garantía tengo, este dinero me lo gané yo!
11 comentarios:
O lavado de conciencia.
La limosna grande se parece al pomelo pero nace en el limosnero.
Si lavo dinero le pongo suavizante, así nadie puede decir: "mmmm, esto me huele mal".
Por suerte ya no se lava en el arroyo, si no el lavado de dinero se convertiría en cuenta corriente.
Si hay alguien que comprende la verdadera naturaleza de la limosna grande, ese es el cura. Quién no pagaría lo que fuera para tener una parcela en el Cielo?
Qué sentido tiene lavar el dinero? Para matarle el microbio habría que ponerle hipoclorito, y ya se sabe que eso lo arruina.
Me gusta el dinero sucio, por lo perverso.
Ya en la misma palabra DINERO hay suciedad.
En este caso sería: "el que lo hace, lo lava".
Yo no pido limosna, Diputado; estoy hablando de un pequeño incentivo.
Una Navidad, por tratarse de un día de fiesta y de encuentro con uno mismo, le di una buena limosna a la señora que pide en la puerta del supermercado. No había caminado cuatro pasos cuando me acordé que no había comprado el pan dulce. Como el dinero no me alcanzaba y no tenía ganas de volver a casa a buscar plata, ni corta ni perezosa, fui y le pedí el dinero a la señora, prometiéndole que más tarde se lo devolvería. Ella me respondió enfadada: ud está loca, que garantía tengo, este dinero me lo gané yo!
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