Ya lo dice el refrán: «La venganza es el placer de los dioses y yo les rezo siempre que puedo».
10 comentarios:
Evaristo
dijo...
Dudo que la venganza pueda traer tanto placer. Para vengarse hay que estar muy enganchado con la ofensa o perjuicio recibido, y también, por supuesto, con el agresor. Vengarse alivia, pero no nos aisla automáticamente de los hechos y personas que nos han lastimado. Supongamos que la venganza consiste en matar al que nos hizo daño; eso no logrará borrarlo de nuestros recuerdos y además implicará cargar con una muerte para el resto de la vida.
Siempre hay probabilidades de que los deseos se cumplan. A veces las probabilidades son grandes, a veces escasas y otras nulas. Casi nadie reza pidiendo imposibles. Cuando alguna de las cosas posibles por las que rezamos se cumple, nos gusta atribuírela a un dios bueno y piadoso que nos escuchó.
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Dudo que la venganza pueda traer tanto placer. Para vengarse hay que estar muy enganchado con la ofensa o perjuicio recibido, y también, por supuesto, con el agresor. Vengarse alivia, pero no nos aisla automáticamente de los hechos y personas que nos han lastimado. Supongamos que la venganza consiste en matar al que nos hizo daño; eso no logrará borrarlo de nuestros recuerdos y además implicará cargar con una muerte para el resto de la vida.
Sí, de los dioses griegos, que hacían cualquiera.
Las venganzas que se disfrutan son las chiquitas, esas que son provocadas por asuntos intrascendentes. Son venganzas que toman la forma de bromas.
Si se trata de placer, prefieron las comilonas de los romanos (pero con moderación, claro).
La venganza es un desquite de los HUMANOS traumatizados. Se siente como una compulsión, pero el dolor no se podrá superar a través de la venganza.
Siempre hay probabilidades de que los deseos se cumplan. A veces las probabilidades son grandes, a veces escasas y otras nulas. Casi nadie reza pidiendo imposibles. Cuando alguna de las cosas posibles por las que rezamos se cumple, nos gusta atribuírela a un dios bueno y piadoso que nos escuchó.
Ojo! Hay muchas historias de verdaderos milagros provocados por los rezos.
Que Magela no sea tan descreída.
A los dioses no hay que rezarles porque se agrandan todavía más.
Dios no escucha los pedidos de venganza.
Si quiere venganza, mejor va a ser que no rece tanto y se ponga en acción.
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