domingo, 14 de septiembre de 2008

Soy filatélico desde que me conozco

Alguien puede definirse como católico, izquierdista, vegetariano y ecologista.

Estas etiquetas sociales, funcionan como rasgos identificatorios. Cuando se comunican a todos los conocidos se procura que los demás sepan cómo somos, para que cuenten con eso.

Detrás de cada etiqueta hay un prejuicio positivo. Por ejemplo, quien así se define entiende que ser vegetariano es algo noble, inteligente e imitable. En lugar de estar diciéndole a sus amigos: «Sepan que soy noble, inteligente e imitable», dice con tono de orgullo: «Soy vegetariano» y con eso imagina que los demás están escuchando: «Soy noble, inteligente e imitable».

Cada etiqueta representa una cantidad de rasgos positivos, funciona como un sinónimo personal, se comunica con una intención auto-publicitaria y denota la satisfacción que el etiquetado tiene de sí mismo.

En este caso, el costo de esa publicidad está en tener que privarse de un delicioso trozo de carne asada.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me recibí de médico sólo para que me digan doctor. Odio a los pacientes pero soy casi feliz por lo otro.

Anónimo dijo...

La conducta es como una vestimenta.

Anónimo dijo...

Quiero tener un hermoso cuerpo, estoy pensando en operarme, y me importa más la opinión de las otras mujeres y no tengo nada de lesbiana. ¡Qué caso clínico que soy para un congreso de psicólogos!

Anónimo dijo...

¡Qué buenos están hoy los articulos de los 3 blogs! Nunca me defraudan, pero hoy están como un trozo de carne asada.

Anónimo dijo...

Me puso el dedo en la llaga (así o con y, bueno no importa). Comer carne no es necesario para el ser humano. Es ley de la vida matar para vivir, pero matar por matar, sólo porque hemos socializado el canibalismo omnívoro, es algo de lo que sólo los humanos somos capaces de hacer.

Anónimo dijo...

Me puse la etiqueta de ecologista pensando que iba a obtener respeto y admiración, pero resulta que todos me miran como si fuese un nabo. Tendría que haber nacido en el primer mundo.

Anónimo dijo...

Definirme como católica me ha puesto de cabeza con el mundo.

Anónimo dijo...

Tengo una crisis de identidad. Siempre estuve orgulloso de ser izquierdista y hace años que los políticos inescrupulosos insisten en decir que ya no existen izquierdas y derechas. No soy nada.

Anónimo dijo...

Soy maestro. Allá en mi pueblo fui muy reconocido y querido. Recibí más de lo que di y más de lo que merecía. En Montevideo hice algunos amigos pero cada uno de ellos, cuando se enteró de que era maestro mi miró con cara de pésame.

Anónimo dijo...

Soy bancario y he podido constatar prejuicios de los más variados con respecto a lo que representa para los demás mi ocupación. Para mí ser bancario es una etiqueta de presentación que reza: soy serio, tengo un buen nivel cultural, soy un trabajador respetable. Pero resulta que a lo largo del tiempo he encontrado las siguientes opiniones: "no labura y gana más", "pertenece al sindicato más corporativista", "está lleno de privilegios", "ese sí que está bien asesorado para sacarse un préstamo", "mira al resto de los trabajadores creyéndose superior". En fin, por suerte no todos opinan así, pero cuando empecé a trabajar el el banco a los 18 años, nunca habría imaginado que me vestirían con esos calificativos.