domingo, 10 de abril de 2011

El espíritu posee todas las virtudes deseadas

Las personas espirituales intentan inútilmente librarse de los sufrimientos que recibimos del cuerpo (enfermedad, tortura, cárcel, explotación, envejecimiento, muerte).

En un artículo anterior (1) compartía con usted una hipótesis referida a esa creencia popular (casi universal) según la cual los seres humanos estamos compuestos por una parte material llamada cuerpo y otra parte inmaterial llamada espíritu o alma.

Esta suposición está llena de consecuencias, implicancias, derivaciones. Es muy difícil imaginar cómo sería la humanidad si esa abrumadora mayoría dejara de creer en el dualismo cartesiano (2), esto es, en que estamos constituidos por la suma de una parte medible (el cuerpo, res extensa) y otra parte inmaterial (el espíritu, res cogitans).

La hipótesis que les comenté en el primer artículo (1) según la cual la creencia en el espíritu está sostenida por nuestra anhelo de evitar el poder que los demás puede ejercer sobre nuestro cuerpo por ser material, tiene por lo menos una consecuencia potencialmente causante de la pobreza patológica en tanto ese apego a nuestra inmaterialidad imaginaria también tiene por objetivo no ser robados.

En efecto, quienes se desesperan de sólo imaginar que pueden ser privados de algo que poseen, seguramente serán muy cuidadosos y obsesivos protectores de sus posesiones así como también no faltarán quienes opten por una manera aún más segura de no ser robados, esto es, no tener bienes robables.

Obsérvese cómo en los hechos el razonamiento intuitivo puede ser muy coherente y que podría ser pensado con esta oración: «Valoro mi espíritu porque a él nadie puede encarcelarlo, torturarlo, enfermarlo y valoro mi pobreza porque si no tengo bienes, nadie podrá robarme, pedirme limosna o cobrarme impuestos».

La pobreza por exceso de espiritualidad puede tener su origen en la imposibilidad de aceptar la pérdida de los cuidados maternales (no asumir la castración).

(1) El espíritu es una construcción defensiva

(2) El dogma del dualismo cartesiano

La psiquis hormonal

¿La pobreza existe gracias a Dios?

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7 comentarios:

Chapita dijo...

A mí me gusta sentarme en el aire como el hombre de la foto. Cuando estoy así no quiero que me molesten, porque mi cuerpo está muy liviano y en cualquier momento se me puede volar.

Taurus dijo...

Cuando la res cogitans entra en período de celo, el semental está de fiesta.

Marcia dijo...

El Papa es venerado porque se encarga de guardar todas las riquezas que los sacerdotes no se atreven a tener.

Daniel dijo...

Se dice que los más belicosos pueden ser los que no tienen nada que perder.

René dijo...

Su conclusión final me parece muy interesante y digna de meditar.

José dijo...

A los grandes imperios les ha costado mucho aceptar la independencia de sus colonias; así como a las colonias les ha costado separarse de su "madre patria". Las colonias que no se independizan, sufren pobreza.
Todo un ejemplo de lo que es el vínculo madre/hijo.

Marlene dijo...

Yo digo que me gusta el estilo minimalista. En realidad estoy harta de que me roben tantas cosas.