Los establecimientos penitenciarios de todo el mundo tienen por objetivo explícito, reeducar a los condenados para que puedan reinsertarse adecuadamente a la sociedad.
Los establecimientos penitenciarios de todo el mundo tienen por objetivo implícito, castigar a los condenados para que escarmienten y para que los que nunca cometieron un delito, sean disuadidos de cometerlos.
Los establecimientos penitenciarios son desagradables por muchas razones (hacinamiento, falta de higiene, frío o calor excesivos, mala alimentación) pero uno de los más demoledores instrumentos de castigo es la inactividad a la que estén sometidos. El trabajo y el estudio son utilizados para premiar la buena conducta.
Estas son algunas paradojas de nuestra cultura y de nuestro deseo: Decimos que tratamos de re-educar pero en realidad atormentamos a los convictos; anhelamos trabajar cuando carecemos de libertad pero protestamos si tenemos que trabajar cuando estamos libres.
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13 comentarios:
A veces ni nosotros mismos nos damos cuenta de las incoherencias que pensamos o hacemos, o será la costumbre de quejarnos?
La contradicción está en la esencia del ser humano, el tema es si somos capaces de encontrar la sintesis .....
Será porque manifestamos la incompletud?
El castigo está en que uno llegue a la mentalidad de pedir que le den trabajo, sentir que es premiado si lo hacen trabajar. Esto se junta con que seguramente alguien te romperá el culo ... y no a patadas precisamente.
En Montevideo la gente se autoencarceló alegando inseguridad ciudadana. Para mí que como somos todos unos vagos enrejamos nuestras casas para poder hacer algo.
He descubierto otras genialidades pero soy modesto. jajaja
Quizá yo aplauda a quien prometa mejorar las condiciones de los criminales pero estoy segura de que jamás lo votaría.
Esto que el licenciado pone en evidencia explica por qué el hombre busca casarse. Cuando ve que no tiene ganas de ir a trabajar, se encarcela en un matrimonio y ahí resuelve.
jijiji. ¿Está bueno eh?
Es lo que yo digo: necesitamos que haya gente que se pudra en las cárceles y gente que se pudra en las villas miseria. Siempre existieron y esto no cambia más. Sépanlo y no pierdan el tiempo.
El hombre es como el árbol Si nace torcido nunca más se endereza.
El convicto de la foto tiene una mirada digna.
Para que los condenados puedan reincertarse en la sociedad hay que reeducarla primero a ella.
No está mal que logren hacerte sentir que el trabajo y el estudio son un premio.
Lo más disuasivo en un establecimiento penitenciario es que te obliguen a quedarte quietito y de espaldas.
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