En la novela, Peter Pan tiene una personalidad inmadura, egocéntrica, egoísta y, en ocasiones, cruel debido a que vive haciendo lo que le da la gana sin ninguna responsabilidad real; es por eso que tiene un miedo terrible a hacerse adulto y vivir en un mundo lleno de reglas y límites.
Cuando un izquierdista dice que lo
político está por encima de lo jurídico, anhela la filosofía anarquista, en la
que el antojo personal gobierna. Cuando pronuncia el “NUNCA MÁS” alude a que
nunca más alguien le pondrá límites a su ambición omnipotente de hacer lo que
se le antoja.
Los familiares que reclaman por el triste
destino que tuvieron sus hijos inmduros defienden aquella inmadurez de los
guerrilleros idealistas.