martes, 31 de enero de 2012

Significante Nº 1.104

Los padres de la adolescente embarazada se calman cuando permiten que la hija sea dueña de su propio cuerpo.

lunes, 30 de enero de 2012

Significante Nº 1.103

En general son ellas las que me dejan a mí, pero siempre con maternales recomendaciones para mi regularidad intestinal.

domingo, 29 de enero de 2012

Significante Nº 1.102

El escritor es experto en crear intrigas exasperantes, pero como deja los finales inconclusos, cuatro guardaespaldas lo protegen de los lectores vengativos.

sábado, 28 de enero de 2012

La violencia es barata pero no rinde

Usamos la violencia para eliminar las situaciones inconvenientes que no podemos comprender por falta de desarrollo intelectual y madurez emocional.

Existen razones muy importantes para que los humanos usemos la violencia física, brutal y despiadada.

— Puede ser entendida y aplicada por personas de muy bajos niveles de educación;
— El miedo (provocado por la violencia) es un sentimiento altamente efectivo, paralizante, disuasivo, que está fuera del control de quien lo padece;
— Requiere escasos recursos económicos (por eso resulta accesible para una mayoría de personas).

Las políticas que se aplican universalmente para controlar y desestimular el consumo de drogas psico-activas (cocaína, marihuana, anfetaminas), son fundamentalmente violentas.

Una técnica que suele funcionar muy bien para estudiar los fenómenos sociales consiste en dejar de lado los juicios de valor (bueno, malo, perverso, ideal, positivo) adoptando una postura lo suficientemente humilde como para poder reconocer que el hecho que nos ocupa está funcionando perfectamente bien (porque para que permanezca tiene que ser viable, armónico, coherente, saludable), a pesar de que no podemos comprenderlo aún.

Lo digo de otra forma:

Los juicios de valor son reacciones arrogantes que nos someten, nos atan, nos encarcelan.

Nuestra mente difícilmente pueda funcionar inteligentemente cuando confunde «lo que es» con lo que «debería ser».

Algo que ocurre con el fenómeno del narcotráfico es que lo encaramos con una mente obnubilada por:

— el escándalo mediático referido a la corrupción de sus actores, a una especie de lucha mística entre «el bien y el mal»;

— la envidia que sentimos hacia quienes gozan consumiendo y hacia quienes se enriquecen inescrupulosamente;

— la convicción de que la violencia (represión) brutal, ciega, demoledora, realmente es efectiva, radical, infalible.

Tanto en el narcotráfico como en nuestra economía personal, la violencia es una solución tan barata como ineficiente.

Lo único efectivo es desarrollar (estimular, patrocinar) la responsabilidad individual.

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viernes, 27 de enero de 2012

Significante Nº 1.101

Ganaron la carrera por varios cuerpos pero no volvieron, ni el caballo ni él. Llegan rumores contradictorios de que los vieron acá y allá, caminando o valando, opacos o transparentes, ...

jueves, 26 de enero de 2012

Significante Nº 1.100

En la última carilla el autor sorprende con una insólita interpretación de los hechos y hace lo mismo en el último párrafo y nuevamente en la última línea...

miércoles, 25 de enero de 2012

Significante Nº 1.099

¡Qué paradoja! Los deseos más queridos quizá sean los insatisfechos pues de ellos nunca nos olvidamos.

martes, 24 de enero de 2012

Significante Nº 1.098

Como psicólogo de parejas les entrego este software que les permite pelearse como personajes del Play Station. Probemos si así dejan de herirse físicamente.

Significante Nº 1.097

El tomacorriente mira al enchufe con disimulo. Este, sin embargo, es bastante desvergonzado. Están a punto de tener un encuentro electrizante.

domingo, 22 de enero de 2012

Significante Nº 1.096

Nos quejamos de que la justicia es lenta olvidándonos de que el juicio final puede demorar milenios sin que nadie se anime a protestar.

Los doctorados curativos

Las profesiones universitarias suelen usarse para reforzar una autoestima baja.

Esto es algo que me pasó a mí. Al principio pasé bastante mal pero al final tuve suerte.

Mi padre trabajó muchos años como mesero (camarero, mozo) en un bar del centro donde acostumbraban reunirse hombres fanáticos del turf (carreras de caballos).

Sentí orgullo de Don Pedro (mi padre) cuando cedió a la insistencia de tan distinguidos parroquianos y me hizo llevar por mi hermana mayor «para que me conocieran».

Lo trataban como uno más aunque con una especie de extraño respeto: el que profesa alguien económicamente superior a alguien humanamente superior.

Lo peor fue que anduve recorriendo las mesas saludando a toda esa gente que me inflamó las narinas con perfumes insólitos mezclados con humo de tabaco.

Con este antecedente era obvio que me convertiría en mesero yo también.

Por puro orgullo no quise que Don Pedro me consiguiera dónde trabajar porque me sentía seguro de haber heredado un oficio que nos permitió vivir holgadamente a los cuatro hijos que tuvieron los viejos.

El asunto no fue tan fácil como imaginé porque en este trabajo los mejores ingresos se reciben por el pago voluntario de los clientes (propinas).

Mi situación fue más difícil que la de mi padre porque en el restorán donde me dieron trabajo éramos dos mozos y tres mozas (meseras).

Las mujeres son más encantadoras y saben cómo estimular a los señores para que «paguen» por un sonrisa, uñas pintadas, tacones altos.

Lo hablé con Don Pedro y se rió hasta avergonzarme. Me dijo:

— Creo que no servís para mesero. No te tenés fe. ¿Por qué no estudiás alguna profesión? Un título sirve para sentirse importante.

Fue lo que finalmente hice.

Lo bueno de aquella experiencia es que una compañera de trabajo continúa siendo mi esposa.

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sábado, 21 de enero de 2012

Significante Nº 1.095

Un ser humano es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, de cruzar con un semáforo en rojo y de embestir un faro con un buque.